Estoy en shock. De verdad.

Cuando entro a El País online, y veo titulares como éste, me hierve la sangre.

El PP lleva un experto al Senado que afirma que ser gay es una enfermedad

NO PUEDO CREERLO. De verdad. Ya me parece troglodita que critiquen la adopción y el matrimonio gay, cuando los hijos criados por parejas homosexuales son niños y niñas COMPLETAMENTE NORMALES, con una educación perfectamente válida si sus padres han sabido enseñarles. Porque es así, una pareja homosexual puede ser mucho más capaz de darle una buena educación a sus hijos que una homosexual. ¿Por qué no? Y probablemente los niños sean mucho más abiertos y tolerantes que otros.

Es muy fácil llenarse la boca diciendo que los homosexuales tienen mayor índice de promiscuidad. ¿Acaso no hay promiscuos entre los heterosexuales? ¿Y desde cuándo la promiscuidad es un síntoma de enfermedad? Me siento indignada de que los gobernantes de mi país se atrevan siquiera a insultar de esa manera, y que intenten dar motivos científicos para sustentar sus argumentos. Es increíble. Puede que me dé por pensar que los que están enfermos de HOMOFOBIA son ellos. Las respuestas de otros partidos lo dejan claro:

"Las afirmaciones de Polaino causaron estupor entre los senadores de los demás grupos. "Si esto es lo mejor que tiene el PP, resulta grotesco. Sólo está defendiendo sus garbanzos", dijo el portavoz del PSOE, Arcadio Díaz Tejera. "Ni siquiera es procedente que le pregunte", despachó la representante de Izquierda Unida, Isabel López Aulestia. "¿He creído entender que la homosexualidad significa una patología que habría que reconducir?", preguntó incrédula Elena Etxegoyen, del PNV."

¿Por qué gente capaz de tener estos pensamientos ha llegado al poder? ¿Por qué creen que nos representan? ¿Realmente la mayoría de gente en España piensa así? Porque si es así, me expatrio ya. Me largo de aquí por patas. ¿Quieren hacernos recortes en el amor? ¿También nos quieren quitar eso? Porque el amor y el matrimonio son algo totalmente personal, no me creo que los gobiernos también se crean con derecho a decirte a quién puedes o no amar, o que no puedes casarte con la persona a la que quieres. O lo que es peor, llamarte ENFERMO por amar a alguien de tu mismo sexo. Eso es lo que les falta a ellos. Sentimientos.

Yo amo a Bruno, pero si Bruno no existiera en este mundo no me atrevería a asegurar 100% que soy heterosexual. Porque, ¿quién me asegura que nunca fuera a aparecer una chica con la que me sintiera feliz, que me completara, que me atrajera, yo qué sé? ¿Tendría que echarme para atrás sólo porque hasta el momento creyera que me gustaban los chicos?

¿Cuántos pasos atrás vamos a dar? La semana que viene veremos como se vuelve a constituir la Inquisición y tendremos que llevar cuidado con la caza de brujas. Qué patética es la situación, por favor. Yo no sé dónde ha quedado el respeto.